Madagascar
Separada de África por capricho geológico hace más de 150 millones de años, la cuarta isla más grande del mundo ha permanecido virgen desde la noche de los tiempos y es considerada uno de los últimos ecosistemas preservados del Planeta.
Encrucijada de etnias y culturas con distintos orígenes llegadas hace solamente 1.200 años en distintas migraciones, Madagascar se levanta insigne en medio del Océano Indico y oculta todavía un sin fin de tesoros desconocidos. Ha llegado el momento de atreverse a descubrirlos.
Frondosas selvas tropicales, interminables extensiones de arrozales en terraza, montañas cuyos picos se camuflan tras las nubes, inesperados desiertos, extensas sabanas, formaciones kársticas emergidas del Jurásico, miles de kilómetros de playas invioladas, etnias animistas venidas desde la lejana Indonesia, pueblos de pastores semi-nómadas llegados de la vecina África, navegantes de origen árabe y swahili…
Posibilidad de ascender montañas de casi 3.000 metros de altura y acceder a los rincones más ocultos de la isla, donde se esconden algunos de los paisajes más impresionantes del planeta así como las etnias más ancestrales.
La llamada isla-continente alberga en su interior, numerosos parques nacionales y reservas privadas donde habitan todavía la fauna más endémica (entre la destacan los primates llamados de manera genérica lémures y los camaleones de diversas especies) y donde nos sorprenderán las selvas más tupidas de África, bosques de transición y altiplanos de granito, cordilleras calcáreas o macizos de arenisca.
Sin olvidar los miles y miles de kilómetros de playas vírgenes donde todavía no ha llegado el turismo de masas, en algunas de las cuales se hallan los lodges más encantadores y exclusivos del Océano Índico.
Paraíso para los amantes del buceo y otros deportes acuáticos, Madagascar posee algunos de los spots más reputados del Índico. Fondos marinos plagados de especies acuáticas singulares, barreras de coral, poblados de pescadores, largas hileras de cocoteros en playas de arenas níveas y aguas turquesa, mares interiores y pequeños archipiélagos en los que el viajero jugará a Robinson Crusoe…
Una rica y variada gastronomía en la que destacan las influencias de origen asiático, árabe, indio, francés…Una cocina criolla a base de productos de primera calidad, tanto carnes rojas como el inefable cebú, pescados y mariscos en la costa tropical, frutas de temporada y verduras cultivadas en esta tierra rojiza y generosa. Sin olvidar la vainilla, el cacao, el clavo, la canela, o las distintas variedades de pimientas.
Los ebanistas malgaches practican desde hace siglos una reputada artesanía en madera, destacando la marquetería y las esculturas, pero también los instrumentos musicales, las armas y los muebles antiguos. Un apartado propio merece el arte del tejido en seda natural salvaje, los productos elaborados en cuerno de cebú, la marroquinería o las piedras preciosas, sobresaliendo entre ellas los rubíes, los zafiros y las esmeraldas.
Bulliciosos mercados de artesanía al aire libre o galerías de arte malgache se encuentran diseminadas por las principales poblaciones de la isla, ofreciendo al viajero la posibilidad de llevarse como recuerdo imborrable de su estancia, algunos de los productos mejor trabajados y más originales de África.
Todo esto y mucho más, compone Madagascar, un país cálido, inalterable, mestizo, abierto y hospitalario, alejado aún del turismo de masas, un lugar de ensueño, en el sur del Sur, más allá del Ecuador, junto al Trópico de Capricornio, una antigua isla de princesas y piratas, donde los sueños infantiles se hacen por fin realidad, y donde las sensaciones auténticas se combinan fácilmente con las sorpresas cotidianas.
El viajero que viene a Madagascar descubre enseguida una isla variada, cambiante, profunda, y se aferra irremediablemente a ella. Al ritmo del “mora mora” disfruta de cada momento como si se tratase de un intenso sueño. Y tardará mucho tiempo en despertar, nunca llegará a olvidar su viaje, sus paseos por el interior de los parques naturales, la sensación de observar especies de fauna y flora únicas en el mundo, el colorido de sus animados mercados, la sonrisa sincera y las miradas limpias de sus gentes…
Madagascar nunca deja indiferente.
Lo que no te debes perder
· Las espectaculares formaciones del Parque Nacional del Tsingy de Bemaraha
· La maravillosa puesta de sol en la Avenida de los Baobabs cerca de Morondava
· El Parque Nacional de Andasibe, único lugar de avistamiento en libertad del primate más grande de Madagascar, el Indri Indri
· El macizo de gres en el que se levanta el Parque Nacional de Isalo
· Los archipiélagos que rodean la isla de Nosy Be
· Las polvorientas pistas de arena de la salvaje costa oeste
· La barrera de coral de Tulear, declarada Reserva de la Biosfera por UNESCO
· Las ciudades históricas de Antsirabe, Diego Suarez y Fianarantsoa
· Los mercados de artesanía en Antananarivo
· El Tren de la Selva entre las Tierras Altas y las costas del Índico
Datos prácticos
DIVISA: La moneda de Madagascar es el Ariary malgache (MGA)
DOCUMENTACIÓN Y VISADOS: Hay que llevar pasaporte con una vigencia de seis meses tras la fecha de salida prevista de la isla, y poseer billetes aéreos u otro bono que certifique la salida del país.
Se requere visado en todos los casos.
Para realizar la tramitación del visado y los requisitos de entrada: Expediatur
EMBAJADAS Y CONSULADOS: Información Ministerio Asuntos Exteriores
VACUNAS: Para entrar en la isla no es obligatoria ni necesaria ninguna vacuna. Las grandes epidemias de África han sido erradicadas en Madagascar: no hay tifus, ni fiebre amarilla ni cólera. La malaria se reduce a zonas de selvas o mangrares, y siempre en temporada de lluvias. Te recomendamos visites el Centro de Vacunación Internacional más cercano.
IDIOMA OFICIAL: Idioma malgache, Idioma francés.
Consejos para viajar a Madagascar
· Madagascar es un destino para todo el año gracias a su clima tropical. Aunque debes tener en cuenta que entre los meses de diciembre y marzo se da la temporada de lluvias, que no suelen ser continuadas (excepto en selva) y se limitan a la tarde / noche. Durante el día las temperaturas son cálidas.
· Madagascar es también un paraíso para amantes de la fotografía. La luz es especial, así como sus colores, la diversidad de paisajes y sus gentes, ¡te dan las gracias cuando les fotografías!. Aún así, al hacer fotografías a los nativos recuerda pedir permiso.
· Si quieres avistar ballenas y delfines en su época de movimientos migratorios debes viajar de junio a octubre. Es fácil ibservarlas en las costas de Anakao, Ifaty o St Marie.